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Los Anzati

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La leyenda popular habla de los anzati (forma plural de la palabra anzat) como unos demonios que utilizan los adultos para asustar a los niños. Al alcanzar la madurez, la mayoría de los habitantes de la galaxia concluyen que los anzati son criaturas mitológicas y dejan de creer en ellos. Excepciones a esta regla son los pocos desafortunados que se encuentran con un anzat; muchos menos todavía sobreviven a este encuentro para contarlo.

Los anzati existen. Son seres de aspecto humanoide y gran inteligencia que aprovechan su inmenso parecido con los humanos para acercarse a sus presas. De hecho, y con unas pocas excepciones biológicas, el aspecto de un anzati es prácticamente igual al de un humano.

La más notable de estas diferencias es que los anzati ocultan en sus mejillas unas probóscides que pueden desenrollar para insertar en las fosas nasales de sus víctimas. Las probóscides entran en las fosas nasales de la víctima para avanzar hacia su cerebro, donde consumen la materia gris propiamente dicha y todas sus energías vitales, sin dejar una sola marca. Los anzati denominan "sopa" a este alimento. Ciertas teorías no confirmadas sugieren que esta "sopa" está también relacionada con el concepto coreliano de "suerte", de modo que, aún si la víctima lograse sobrevivir al encuentro, resultaría menos afortunada en el futuro. Debido a que los anzati son muy discretos y a que sus víctimas rara vez sobreviven, ha sido imposible confirmar esta teoría.

Aparentemente, los anzati pueden oler o detectar de algún modo la sopa de sus víctimas, para ver cuál sería más apetecible. Los jedi podrían ser capaces de ocultar la intensidad de su "sopa" a los anzati utilizando alguna disciplina institiva.

Sin embargo, internamente son muy distintos a los humanos. En primer lugar, no parecen tener un ritmo biológico propiamente dicho. Un anzat simplemente "es", sin envejecer visiblemente en muchos siglos, y aparentemente con la capacidad de vivir indefinidamente salvo por muerte violenta. Ni siquiera duermen como la mayoría de las especies, cuando el agotamiento se lo ordena, sino que entran en un estado cuasi comatoso cuando ellos lo eligen conscientemente. Un anzat alcanza la pubertad aproximadamente a los cien años, momento en el que abandona su planeta para cazar su "sopa", y un milenio después sigue viviendo sin problemas.
 
 
Dannik Jerriko
 

Dannik Jerriko es un peligroso asesino anzati de cabello negro y ojos marrones que tenía 1010 años cuando tuvo lugar la batalla de Yavin. Aparenta ser un humano normal, alto y desgarbado, con una nariz deformada, pero no llamaba la atención en una multitud.

Jerriko es cazarrecompensas y asesino desde hace muchos años, aunque desconocemos la cifra exacta. Decidió escoger ese trabajo porque significaba cobrar por hacer lo que la mayoría de su raza hace gratis, pero también porque Jerriko es meticuloso, preciso y letal. Su modus operandi no dejaba rastro.

En particular, Jerriko se especializó en matar sobre todo a otros asesinos o cazarrecompensas porque, a su juicio, normalmente son seres a los que nadie echa de menos salvo sus jefes... y, normalmente, son estos jefes quienes envían a Jerriko contra los asesinos que les han traicionado o fallado. Además, a Jerriko le gustaba más la sopa de los que desafiaban su derecho a matar sin acobardarse. Por supuesto, estas víctimas son especialmente peligrosas, y eso permite que Jerriko ponga unos precios muy altos por su trabajo. Su primer empleador protestó por el precio, así que Jerriko se bebió su "sopa"; desde entonces, la publicidad ha sido estupenda: Nadie ha vuelto a quejarse, y el nombre de Jerriko se relaciona con una frase: "Si no puedes contratarme, ni siquiera sabes que existo".

Jerriko admite no ser perfecto. Se conoce un caso en el que bebió la sopa de un sujeto adicto a la nic-i-tina, el producto que se obtiene al quemar hojas de t'bac. Debido a ello, Jerriko también adquirió la adicción, y ahora se ve obligado a llevar siempre una pipa o hookah para fumar su nic-i-tina. Un anzat, como demostró Karkko, rara vez puede superar una adicción.

El hecho de que Jerriko haya sido visto habitualmente en Tatooine no tiene relación, como sugieren algunos, con una supuesta similitud entre el entorno de Tatooine y el de Anzat. Por el contrario, Jerriko va a Tatooine porque le encanta la mezcla de Suerte en la "sopa" de sus habitantes, a menudo asesinos, cazarrecompensas y, en tiempos más recientes, rebeldes. Además, Tatooine ofrece multitud de empleadores potenciales para alguien como Jerriko, y uno de los más interesantes (aunque no el único) es Jabba el Hutt, que tiene costumbre de enfadarse con gente que trabaja para él y que es demasiado peligrosa para entregársela al rancor. Lady Valarian, la whífida que pretendía hacerse con el imperio criminal de Jabba, también ha empleado a Jerriko en el pasado, al igual que el prefecto imperial Talmont, siempre en misiones puntuales. Jerriko deseaba beber la sopa de Jabba, pero no tenía nada claro que sus probóscides fuesen a llegar hasta el cerebro del hutt a través de las fosas nasales.

Dannik Jerriko estaba en la cantina de Mos Eisley, fumando su hookah, el día que Luke Skywalker entró por primera vez. Kabe, la pequeña ladrona chadra-fan, se planteó si intentar robar a Jerriko, pero sintió un miedo inexplicable.

Poco después, dos borrachos intentaron empezar una pelea con un joven granjero, y un anciano intervino encendiendo su sable de luz. Jerriko no había visto un hombre así desde hacía cien años, pero comprendió rápidamente que se trataba de un jedi y que su "sopa", aunque se ocultaba a sus sentidos, estaría llena de Suerte. También comprendió que ese viejo era demasiado peligroso para él, pero observó al chico, pensando que, si era el estudiante del viejo, podría ser un buen bocado. Vio cómo se reunían con un wookiee y un coreliano, y Jerriko se fijó en la sopa del coreliano, la más espesa, caliente y dulce que había olido en mucho tiempo.

Después de ver cómo Solo despachaba a Greedo (un rodiano inexperto cuya "sopa" Jerriko despreciaba), el anzat decidió cazar a Han Solo. Después de todo, Jabba el Hutt deseaba a Solo vivo o muerto, y había puesto una gran recompensa por su cabeza. Jerriko planeaba rastrear a Solo, beberse su "sopa", y entregarle los restos a Jabba, pero Solo dejó el planeta antes de que Jerriko pudiese atraparle.

El nuevo plan de Jerriko incluía esperar. Seguramente, un asesino como él podría infiltrarse en el palacio de Jabba, y esperar pacientemente en la oscuridad hasta que trajesen a Solo. Con suerte, el cazarrecompensas que lo llevase elegiría llevarlo vivo, y entonces Jerriko podría ir a por la "sopa" de Solo.

Curiosamente, Lady Valarian pidió a Jerriko que espiase a Jabba, y el anzat aceptó el trabajo. El prefecto Talmont se le acercó en otro momento, pidiéndole que espiase a Jabba para él. Jerriko, que nunca estuvo por encima de la codicia, aceptó ambos trabajos y entró en el palacio de Jabba.

Mientras aguardaba primero a Solo, y después el momento de sacarlo de la carbonita, Jerriko se alimentó de la "sopa" de varios de los sicarios de Jabba. En particular, Jerriko asesinó a Ak-Buz, el weequay al mando de la barcaza de Jabba. El cadáver fue descubierto por el cocinero Porcelus en las cocinas, y éste lo tiró a la basura para evitar que le acusasen a él. Los otros weequays de Jabba encontraron el cadáver, pero sus métodos de investigación no señalaron al asesino. Se cree que Jerriko también mató a Phlegmin, el pinche de Porcelus, así como a un monje b'omarr.

Desgraciadamente para Jerriko, su plan de beber la sopa de Han Solo se fue al garete cuando Luke Skywalker y Leia Organa rescataron al coreliano. Jerriko enloqueció y decidió beber la sopa de Jabba, sólo para descubrir que Jabba había muerto en el pozo de Carkoon. Jerriko intentó asesinar a todos los que pudiese encontrar en el palacio. Entre las víctimas que eligió estaba Yarna d'al' Gargan, la bailarina askajiana. Jerriko se acercó a ella, hablándole en su lengua, y la hipnotizó. Sacó sus tentáculos para beber su sopa, mientras la paralizada Yarna estaba demasiado aterrada para defenderse. Fue providencial que Gartogg, uno de los guardias gamorreanos, tropezase con Jerriko en ese momento: Le desequilibró y las probóscides erraron el blanco. Jerriko escapó hacia la oscuridad, porque de pronto tenía no una víctima, sino dos enemigos, y él sólo podía con uno cada vez.

Yarna se sintió atemorizada por haber descubierto al asesino y, temiendo que la matase para proteger su identidad, huyó del palacio. Gartogg, por su parte, comprendió que Jerriko había sido el asesino oculto en el palacio (Hasta entonces, Ree-Yees había intentado convencerle de que el culpable era Ephant Mon), e intentó informar a Ortugg, llevando los cadáveres de Phlegmin y del monje b'omarr muerto como prueba. Ortugg no le creyó, así que Gartogg se fue del palacio hacia Mos Eisley, con los cuerpos momificados poco después momificados a cuestas.

Jerriko comprendió que se había descubierto que era un anzat. Pronto se puso una recompensa por su cabeza, y él tuvo que huir, aceptando varios trabajos de cazarrecompensas. En uno de éstos, con un empleador desconocido, Jerriko asesinó a Domisari, una asesina imperial coreliana que pretendía matar a Zak y Tash Arranda, y después les explicó sus motivos.

Desde entonces, nadie ha vuelto a ver a Dannik Jerriko. La recompensa por su cabeza sigue en pie pero, aún siendo presa, Jerriko es un peligroso depredador.

 

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